El futuro del trabajo: IA como aliada, no como reemplazo.

En los últimos tiempos, hablar de inteligencia artificial es hablar también de incertidumbre. Aparecen preguntas legítimas en la sociedad: ¿Vamos a perder el trabajo? ¿La tecnología nos está desplazando? ¿Qué queda para los humanos si todo puede hacerlo una máquina?

En IntellIA, no tenemos todas las respuestas, pero tenemos otras preguntas: ¿Cómo está cambiando el trabajo con las herrmientas de IA? ¿Cómo puedo beneficiarme de las nuevas tecnologías? ¿Qué sería de las máquinas sin la intervención del humano? Nuestra convicción es firme: creemos la IA puede ser una gran aliada si se la diseña con personas, para personas.

Automatizar tareas no es reemplazar personas
Gran parte de lo que hoy hace la inteligencia artificial no es “sustituir humanos”, sino asumir tareas repetitivas, rutinarias, mecánicas. Cargar formularios, procesar imágenes, extraer texto, clasificar datos, generar borradores.

Son tareas necesarias, sí. Pero cuando ocupan el 70% del tiempo de alguien, impiden que esa persona se dedique a lo que mejor sabe hacer: pensar, crear, escuchar, resolver. Lo que buscamos al crear agentes virtuales o sistemas de visión por computadora no es reemplazar trabajo, sino recuperar el valor del tiempo humano.

La IA también genera trabajo
Detrás de cada modelo hay decisiones humanas: qué datos usar, qué patrones buscar, qué tipo de respuestas dar y, sobre todo, qué no permitir. Se necesitan perfiles técnicos, sí, pero también personas con criterio, con sensibilidad, con capacidad para entender qué necesita el usuario.

El trabajo no desaparece: se transforma. Y eso también es parte del desafío.

El futuro del trabajo no será sin humanos. Debería ser un futuro con mejores condiciones para las personas, con herramientas que acompañen, no que vigilen; que asistan, no que reemplacen.

Este artículo es colaboración del equipo de IntellIA

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